lunes, 17 de mayo de 2010

GUIDE ANTE EL ESPEJO



A veces se queda encerrado en casa, mirándose al espejo, disfrutando de su propia futilidad. Qué ausencia de propósito en esa soledad. La soledad en que abrió los ojos. En que vivió oculto casi treinta años. En que ahora revive ese lado que le espera, ese lado donde no hay nada que hacer. Mientras se desata, sin llegar a tiempo a nada, en mil acciones de distracción. Quedarse quieto, mirándose al espejo. Ahí esta la verdad. Ahí la persona amada, el único compañero de toda esta huída. Ahora, es lo único que existe: tú, contigo, tú que sabes la verdad.

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